Una guerra soterrada por el control del urbanismo destruyó al gobierno de Arona

El ex edil de Urbanismo Luis García avanza que tras su cese y la ruptura del gobierno de Arona hay una guerra por controlar el Urbanismo de Arona.

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Una de las claves de la ruptura del gobierno de Arona fue la guerra declarada de manera soterrada por determinados ‘personajes’ para hacerse con el control del urbanismo municipal. Y la otra, la falta de liderazgo del alcalde, José Julián Mena.

Así lo indica en el vídeo adjunto Luis García, que fue concejal de Urbanismo de Arona hasta que puso sobre la mesa del equipo de gobierno algunos manejos que amenazaban con enturbiar la gestión urbanística del municipio.

Esa reunión convocada por Luis García para informar al grupo de gobierno de las turbulencias que estaban agitando el normal discurrir de la gestión del urbanismo de Arona tuvo lugar el 9 de marzo.

Esa fecha marcó un antes y un después que derivó en la ruptura del gobierno con mayoría absoluta que el PSOE había logrado hacía apenas un año.

Primero, porque lejos de analizar las amenazas expuestas por García y buscar soluciones, el alcalde reaccionó con ira ante el ejercicio de transparencia de su entonces concejal de Urbanismo.

Esa reacción provocó, además de asombro, que la mayoría de integrantes del gobierno le retirarámos nuestra confianza al alcalde. Dicho a las claras: nos hizo desconfiar de Mena.

Un proceder sospechoso

¿Te ponen al corriente de una serie de hechos turbulentos e incluso escandalosos que demuestran que la gestión ejemplar del gobierno está amenazada, y el supuesto líder del equipo se ofusca y reprocha que el asunto se exponga ante todo el equipo y no a solas con él? A la mayoría de concejales allí presentes eso nos pareció muy raro.

Raro y sospechoso…

Pero la cosa fue a peor. Como cuenta García en el vídeo, al día siguiente de informar al grupo de gobierno de esos manejos, el alcalde y el entonces presidente de la Agrupación Socialista de Arona, el constructor Agustín Marichal, le pidieron que dimitiera de su cargo y entregara el acta.

Si alguien encuentra un sentido lógico a eso, que lo diga. Mis compañeros y yo el sentido que le encontramos es bastante oscuro.

El estallido de la crisis de gobierno

Por eso lo ocurrido derivó en una crisis de gobierno. Eso unido a las anomalías que se estaban produciendo en nuestro equipo desde mediados del mandato anterior por caprichos del alcalde, imposibilitaron que siguiéramos funcionando como si nada.

Me refiero a lo que hemos ido avanzando en los vídeos explicativos sobre cómo empezó la crisis de gobierno aronera: lo que veníamos padeciendo desde 2017 con el paulatino distanciamiento del alcalde y su afán por tratar con sus concejales solo cuando tocara apuntarse algún tanto públicamente y foto, con la imposición de un asesor intermediario que ejercía de alcalde en la sombra, con la desaparición de las reuniones de coordinación…

Y mientras intentábamos digerir lo que estaba pasando en nuestro gobierno y, sobre todo, en torno al Urbanismo y la Alcaldía, llegaron el estado de alarma y el confinamiento por la pandemia de coronavirus.

La cosa es que, como explica Luis García, varias semanas después de la reunión informativa en que puso boca arriba varias cuestiones peliagudas relacionadas con el urbanismo municipal, el alcalde no había movido ni un dedo para encauzar la situación. O sí, movió el dedo para pedirle a Luis que se fuera.

Fiscalía y cese

Por eso el entonces concejal de Urbanismo optó por poner en conocimiento de Fiscalía las pruebas más peliagudas de lo que había expuesto en la mencionada reunión del 9 de marzo (entre ellas, los ya famosos audios comprometedores sobre peticiones de dinero a empresarios).

Luis García no señaló a nadie. Simplemente entregó la documentación sospechosa o escandalosa que obraba en su poder para que Fiscalía valorara si apuntaba a hechos delictivos.

Tras ser citado a declarar, en junio de 2020 el alcalde le cesó de sus funciones como concejal de Urbanismo y Patrimonio Histórico. Y lo hizo vulnerando la petición de tregua que habían solicitado las ejecutivas insular, autonómica y federal del PSOE mientras mediaban en la crisis de gobierno del municipio.

También hizo caso omiso a la advertencia de varios concejales de que si expulsaba a Luis, nos iríamos con él. O no hizo caso omiso, sino que actuó con plena conciencia. Una especie de operación para quitarse de encima a algunos ediles que no se plegaban a sus caprichos y que le hacían sombra.

Porque si no, qué sentido tiene tomar una decisión que sabes que va a tirar por tierra tu mayoría y que amenaza tu alcaldía, entre otras cosas, por incumplir las instrucciones formales del partido del que formas parte.

Sombras

Mena alegó «pérdida de confianza» en García y, para rematar el sinsentido, dejó caer que la gestión del edil incurría en sombras dudosas.

¿El que convoca a todo el equipo de gobierno y acude a Fiscalía para informar de asuntos turbios es el dudoso, y el que se ofusca con esos gestos de transparencia y legalidad es el ejemplar? ¡Venga ya!

Lo que se cuece ahí es más profundo y más grave. Está claro.

Este vídeo es el primer avance del relato de García sobre la lucha encubierta de determinados sujetos por hacerse con el control del urbanismo. Vendrás más vídeos (y documentos).

Como si él fuera el problema (y no los manejos extraños que nos demostró con pruebas). Aunque quizás lo era… su proceder podía poner en riesgo cualquier operación de cualquiera que quisiera controlar el Urbanismo desde las sombras. Visto lo visto, quizás era eso lo que algunos intentaron proteger.

De dónde vienes y con quién

Sobre lo que algunos quieren hacer con el urbanismo de Arona, como avance de capítulos venideros, es muy significativa una frase publicada por Luis García en su cuenta de Facebook en relación a este post: «Quiero un municipio dónde las oportunidades sean iguales para tod@s y no se mire primero de donde vienes o con quién vienes para decidir cuándo y dónde se te atiende».

También habla de presiones a trabajadores y mentiras de Mena.

CONTINUARÁ

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