El alcalde de Arona, José Julián Mena, y su Coordinador del Gabinete de Alcaldía, Nicolás Jorge, están echando un nuevo pulso al PSOE al contravenir el Código Ético del partido en materia de corrupción.
El juzgado de instrucción número 3 de Granadilla de Abona emitió el pasado 30 de septiembre dos autos de apertura de juicio oral contra Nicolás Jorge por dos presuntos delitos de malversación, uno de prevaricación continuada y otro de prevaricación administrativa.
De momento se enfrenta a dos juicios como acusado en dos causas relacionadas con su etapa de concejal en el Ayuntamiento de Granadilla (piezas 3 y 4 del procedimiento abreviado número 3/2012). Además figura como investigado en otras piezas judiciales que probablemente también acabarán sentándole en el banquillo.
En conjunto, el Ministerio Fiscal pide que se le imponga una pena de dieciséis años de inhabilitación especial para empleo o cargo público por elección o designación de administración pública. Por su parte, la acción popular reclama que sea condenado a 16 años de prisión y a 40 años de inhabilitación.
Además de las costas, en cuanto a responsabilidad civil le reclaman que afronte de manera conjunta y solidariamente con otros acusados una indemnización de 876.171 euros destinada al Ayuntamiento de Granadilla. Y, en la otra pieza procesal en la que solo figura Nicolás como acusado, le piden 109.602 euros en concepto de indemnización al mismo consistorio. La jueza también le impuso fianza por el valor total de las indemnizaciones que le están reclamando (y le dio un plazo de 24 horas para depositar esa fianza).
Obligación de dimitir
Como militante socialista, según las normas del partido, Nicolás debería haber dimitido de su cargo en cuanto recibió los citados autos de apertura de juicio oral.
En concreto, el punto 5.2. del Código Ético del PSOE señala:
«Cualquier cargo público u orgánico del PSOE al que se le abra juicio oral por un procedimiento penal dimitirá de su cargo en el mismo momento en el que se le dé traslado del auto de apertura del mismo y solicitará la baja voluntaria. En caso contrario, será suspendido cautelarmente de militancia y, en su caso, expulsado del partido».
También especifica que el respeto y la aceptación de las disposiciones del Código Ético «son exigibles a todos los cargos institucionales y orgánicos del PSOE» así como «a todos los cargos institucionales del PSOE que, sin tener la condición de militantes del PSOE, ostenten responsabilidades institucionales en representación del mismo». Y para ese fin, todos ellos «recibirán una copia de este Código Ético y firmarán una declaración de adhesión personal al mismo, expresando su aceptación y vinculación a las disposiciones que en él se contienen».
La responsabilidad de Mena
En caso de que a Nicolás le faltaran la vergüenza y la dignidad suficientes para dimitir de su cargo en el Ayuntamiento de Arona, lo lógico sería que fuera el alcalde quien finiquitara el contrato municipal con ese asesor formalmente encausado por corrupción.
Sobre todo teniendo en cuenta que Nicolás ’trabaja’ en el Ayuntamiento de Arona como cargo de confianza, con un puesto eventual, sujeto exclusivamente a la voluntad del alcalde, que tiene potestad para poner fin a su contratación en cualquier momento.
Ambos dicen ser socialistas. Y militar en el partido implica aceptar sus normas internas (aunque en asuntos serios como el de la corrupción debería salir de uno mismo la adopción de las medidas necesarias para no salpicar al partido ni a las administraciones públicas de sospechas y sombras más que dañinas).
RESULTA ASOMBROSO EL DESACATO AL CÓDIGO ÉTICO DEL PSOE POR PARTE DEL ALCALDE HERMANADÍSIMO CON LA ACOMPAÑANTE DEL ABOGADO QUE NOS HA ESCANDALIZADO CON SUS PROPUESTAS URBANÍSTICAS A PROPIETARIOS DE SUELO EN ARONA Y QUE, A SU VEZ, DEFIENDE AL ASESOR DE ALCALDÍA PROTEGIDÍSIMO POR MENA Y AHORA ENCAUSADO POR CORRUPCIÓN.
Pero parece que al menos de momento ni uno ni otro están por la labor de cumplir la normativa del partido ni los mínimos éticos exigibles a los cargos públicos. Como hemos visto en otras ocasiones, anteponen su interés particular al de las siglas que representan, al del grupo de gobierno, del Ayuntamiento y de la ciudadanía a la que supuestamente se deben.
Muchos de nosotros, los integrantes de la plancha socialista, nos presentamos a las elecciones de 2015 junto a José Julián Mena, precisamente para luchar por un municipio limpio, libre de favoritismos y prebendas, impidiendo la materialización de propuestas ilegales en nuestro ayuntamiento. Y ahora es precisamente el alcalde el que da cobertura a personas con causas abiertas por corrupción. Cómo ha cambiando el cuento político de Mena…
Paseo congresual de cargos de corrupción
Lo hacen, además, sin ningún recato. Una muestra de ello es que Nicolás Jorge se presentó en el 40 Congreso del PSOE celebrado en Valencia a mediados de octubre (dos semanas después de que se hubiera emitido auto de apertura de juicio oral contra él por delitos de corrupción).
Varios altos cargos socialistas nos han trasladado su estupefacción al verlo paseando por ese congreso como si nada, después de la que ha montado en Arona y más allá, y a pesar del daño que le está causando al partido. Ninguno estaba al tanto de su situación procesal. Imaginen su cara al descubrir que Nicolás había estado paseando sus acusaciones de corrupción (presunta) por el congreso federal del PSOE.
Y pensar que este grave incumplimiento del Código Ético del PSOE se hace a costa de la ciudadanía aronera, que es la que paga el sueldo tanto del asesor encausado como del alcalde que está ejerciendo de cómplice para mantenerlo en el cargo en contra de las normas éticas y estatuarias del supuesto partido de ambos.
Felipe Campos en escena
Otro dato curioso: Nicolás ha cambiado de abogado y ha designado para su defensa a Felipe Campos. ¿Les suena el nombre?
Felipe Campos es el abogado que ha interpuesto un acto de conciliación contra la concejal Puri Martín y que amenaza con dedicarle una “querella criminal”. Dice sentirse calumniado por un vídeo y posts publicados en el blog y la página de Facebook de Arona al Rojo (a saber por qué se los atribuye a Puri). Las publicaciones que le ofendieron versan sobre el papel que ha jugado Campos en la ruptura del gobierno socialista de Arona al trascender a través de unos audios que estaba ofreciendo reclasificación de suelo vía convenio urbanístico acompañado por la hermana del alcalde, todo ello a cambio de dinero y de comisiones en concepto de la edificabilidad que planteaba intentar conseguir mediante esos convenios urbanísticos a firmar con el alcalde, Mena. Los audios existen y su contenido es el que es, como le consta incluso al Ministerio Fiscal. Pero parece que Campos es de ofensa fácil.
Además Felipe Campos es el abogado que intenta imponer su criterio y su conveniencia en la decisión consistorial sobre el ya famoso centro comercial Arts & Style (en contra de los máximos responsables técnicos y jurídicos de Urbanismo y, qué sorpresa, con el visto bueno del alcalde, que en este tema ha llegado a mostrarse mucho más favorable a Campos que a los responsables de Urbanismo, según consta incluso en informes técnicos del Ayuntamiento).
Y cerrando el círculo, Felipe Campos también es el abogado que siete concejales del gobierno aronero pidieron alejar de Mena junto a Nicolás Jorge como condición para reconciliarse con el alcalde a y poner fin a la crisis de gobierno de Arona.
Repaso de la fractura del gobierno
En lugar de eso, como recordarán, para sorpresa del PSOE, el alcalde eligió la opción de la discordia, la pérdida de la mayoría absoluta y gobernar en minoría. Él es el único responsable de las decisiones adoptadas (ceses de Dácil León, Sebastián Roque y Luis García) y del mini gobierno creado apartando y discriminando de cualquier decisión a parte de los concejales de su grupo político y a la oposición (a quienes culpa de todos los males del municipio).
Lo que fuera con tal de mantener a su lado a Nicolás Jorge y a Felipe Campos (a la postre, en opinión de gran parte del grupo socialista, responsables directos de la fractura del gobierno de Arona por la oscura influencia que han ejercido y ejercen sobre José Julián Mena.)
El alcalde prefirió mantener como asesor cercano a Nicolás (para muchos el titiritero que maneja los hilos de Mena) a pesar de que se sabía que estaba a punto de abrirse juicio oral contra él y que eso acabaría forzando su salida del cargo. Y a pesar de saber que anteponer asesores a siete cargos electos era una decisión sumamente irresponsable que ponía en riesgo su alcaldía y su permanencia en el partido (del que acabó siendo expulsado y en el que permanece de manera forzosa).
¿Por qué anteponer un asesor consistorial y otro externo a la alcaldía de un gobierno con mayoría, especialmente tratándose de un asesor que tenía sus días de cargo público contados por motivos judiciales relacionados con corrupción?
De escándalo
Un año después de que Mena hiciera saltar por los aires la mayoría absoluta socialista de Arona por sus disparatadas preferencias, tenemos a su protegidísimo Nicolás haciendo caso omiso a la obligación de dejar su cargo al confirmarse que tiene que sentarse en el banquillo de los acusados en dos juicios por presuntos delitos de corrupción de los que le defiende Felipe Campos, que es el abogado que acompañado por la hermana del alcalde ha ido haciendo ofrecimientos urbanísticos cuya materialización depende del visto bueno y la firma de ese mismo alcalde como paso previo e imprescindible para su aprobación (una aprobación que, si se materializara, le generaría ganancias millonarias a Campos ¿y a alguien más, o solo a él?).
Aún así resulta asombroso el desacato al Código Ético del PSOE por parte del alcalde hermanadísimo con la acompañante del abogado que nos ha escandalizado con sus propuestas urbanísticas a propietarios de suelo en Arona y que, a su vez, defiende al asesor de Alcaldía protegidísimo por Mena y ahora encausado por presunta corrupción por decisiones y acciones en otro Ayuntamiento del Sur.
A buen entendedor…
Escurrir el bulto
Para escurrir el bulto Mena es capaz de alegar que no está al tanto de la situación procesal de su adorado asesor y santero personal. Pero sería tan absurdo como patéticamente ridículo creer que los asesores por los que tanto ha arriesgado le ocultaran una información tan relevante y comprometedora.
La situación procesal de Nicolás ha sido difundida en algunos medios, con lo que esa posible técnica de escurrida de bulto tampoco valdría. Aunque para él eso sea lo de menos, puesto como está en el arte de las mentiras y las escurridas. Tampoco valdría argumentar que Nicolás no tiene que dimitir porque no es cargo electo, pero ni el Código Ético ni la mismísima Real Academia de la Lengua Española (RAE) le amparan en ese sentido porque un cargo de confianza es un cargo público.
Aunque igual a Nicolás le pasa como al alcalde, que no abre su mail y tiene problemas para recibir notificaciones.
Por interés general y por el bien de Arona dicen. Ya… de Arona…
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